domingo, 27 de marzo de 2011

Whatever works (Así pasa cuando sucede) de Woody Allen






Boris Yellnikoff, el personaje principal de este filme, es un físico jubilado, experto en mecánica cuántica y teoría de cuerdas que interpreta la historia del universo como una tragedia. Es, más aún, una evocación de Sileno o una reencarnación de Cioran. Sileno era el genio de las fuentes para los griegos: un anciano calvo, encorvado, borracho y muy feo que montaba un asno. Fue quien le espetó al rey Midas aquello de "lo que debes preferir a cualquier otra cossa es no haber nacido, no 'existir', ser 'nada'. Eso es imposible pero, ahora, lo que más te conviene es morir pronto". Cioran, el llamado "vampiro metafísico", es el filósofo rumano que escribió Del incoveniente de haber nacido, entre otros compendios de maldiciones contra la existencia.
Sin embargo, este filme de Woody Allen es mucho más que una representación cinematográfica de esos caracteres nihilistas, dionisiacos. Lo que fue importante del antiguo mito de Sileno para la cultura griega fue el hacer posible a Homero y ser rebasado por éste. Aquiles, el héroe de la Ilíada, es el personaje que alcanza la gloria en un mundo silénico donde sigue siendo verdad que más valía no haber nacido. De igual manera, a lo que sirve la lectura de Cioran no es a suicidarse arrojándose uno por la ventana, sino a fantasear que al defenestrarnos exista en la acera un peatón al que uno le caiga encima y, de paso, que dicho peatón sea un buen amante.
Woody Allen es un dramaturgo clasicista. Esta película no ignora lo que dice Nietzsche en El origen de la tragedia: "La consolación metafísica, que nos deja, toda verdadera tragedia, [es] el pensamiento de que la vida, en el fondo de las cosas, a despecho de la variabilidad de las apariencias, permanece poderosa y llena de alegría."

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