domingo, 26 de junio de 2011

El efecto tequila


Divertido largometraje de ficción dirigido por León Serment que, sin ser burdamente didáctico o panfletario, nos recuerda la fiebre de optimismo neoliberal que sufrían muchas familias durante el sexenio de Carlos Salinas. Consumismo desbordado, exceso de confianza en las ganancias a través de la especulación financiera y corrupción de cuello blanco son algunas de las caraterísticas de la época que vemos a través de una tragicomedia clasemediera. Las actuaciones de Karla Souza, Eduardo Victoria y Julián Pastor son excelentes, lo que no significa que todos los personajes sean entrañables. El protagonista (Eduardo Victoria), por ejemplo, es un antipático ejecutivo de una casa de bolsa que acaba por serle insoportable a su padre, a su esposa y a todo el público. Otro desagradable personaje es un vulgar defraudador interpretado por Víctor Civeira. Quizá la mejor secuencia de la película sea el baile "griego" que, borrachos y rodeados de prostitutas, realizan estos dos malandrines.
La construcción de la historia es inteligente y, sobretodo, original. La trama principal es la descripción del derrumbe personal y económico de un individuo debido tanto a su propia deshonestidad como a la presión de un entorno mafioso. Una de las principales virtudes de la película es que describe el mundo de las finanzas de manera realista pero sin los tecnicismos que hacen tan difícil, por citar otro ejemplo reciente, el documental Dinero sucio (Inside Job) de Charles Ferguson.
Viendo esta película mexicana es inevitable preguntarse ¿Qué fue más grave, la crisis financiera desatada a finales de 1994 o la de seguridad que se desencadenó en el sexenio de Felipe Calderón y que sufrimos en estos momentos? El efecto tequila sirve para realizar un interesante ejercicio autorreflexivo y para colocar la noción de "crisis" en su justa dimensión. A principios del sexenio de Zedillo miles de personas perdieron sus viviendas por el incremento desmesurado de las tasas de interés, producto de la catástrofe financiera; en nuestros días, cientos de municipios han perdido la tranquilidad por la guerra de cárteles del narcotráfico, pero la macroeconomía parece sólida. ¿Estábamos mejor antes o ahora? Los autores del filme insinúan al final que poco ha cambiado y que los responsables del "error de diciembre" siguen especulando a la sombra de sus cargos públicos. Pero no es que la teoría del complot guíe la narración, pues el lector tiene la libertad de explicarse por sí mismo las causas de la calamidad mexicana, mediante su propia interpretación de esta excelente película.