domingo, 19 de abril de 2009

Cosas insignificantes

De Andrea Martínez Crowther (México-España, 2009). Tentativa fallida. El guión imita la técnica narrativa del mexicano Guillermo Arriaga, hilando con una temporalidad circular historias paralelas; pero la mera conexión de anécdotas y personajes no arma por sí sola una estructura dramática. Peor aún si la manera de pegar las historias es un símbolo facilón: una caja de objetos poéticos y misteriosos. La directora y guionista se regodea en los símbolos cursis: un niño de la calle intenta recoger un avión de papel pero los autos lo aplastan, nieva ceniza del Popocatépetl en la Ciudad de México como en las películas occidentales sobre Navidad. Por momentos, los diálogos llegan a ser de telenovela: "Mi hijo tiene cinco años y en cinco años no he sabido ser madre". O son perturbardores sin llegar a ser creíbles, como cuando un hombre intenta explicarle a su novia que no puede tener relaciones sexuales desde que descubrió que tiene un hijo, con leucemia por cierto, y ella le responde: "Eres un hijo de puta", fin de la conversación. Quizá la excelente calidad de algunas películas mexicanas recientes (Párpados Azules, Desierto adentro, El Traspatio, etc.) nos ha bienacostumbrado y ahora somos exigentes. Pero si se trata de apoyar al cine mexicano, lo hemos hecho al pagar nuestro boleto de entrada y ahora merecemos desahogar nuestra decepción. Una virtud del filme es la actuación de la niña Paulina Gaitán (Esmeralda).

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