
Realizador bipolar,
Alain Resnais ha dirigido tanto
Hiroshima, mon amour (1959) como
¡No en la boca! (
Pas sur la bouche) (2003). La primera muy triste y la segunda extraordinariamente alegre y divertida. Espectador bipolar, a mí me encantan ambas. Pero incluso en el caso del primer filme, el guión de
Marguerite Duras admitía la posibilidad del amor y de la pasión aún después de Hiroshima. En cambio, hoy la vejez está matando de tristeza a Resnais y a su banda. En
Coeurs (Francia-Italia, 2006), Resnais convoca nuevamente a sus cuates Sabine Azéma, Pierre Arditi y Lambert Wilson, sólo los invita a ellos y, con este reparto que es el mismo entorno privado del director, durante hora y media la humanidad entera parece haber llegado a la tercera edad. En
Coeurs que se exhibe en cartelera en México con el nombre de
Pasiones privadas en lugares públicos, un grupo de seis europeos boicotea estúpidamente su felicidad. Tienen todo para arreglar sus vidas pero las joden. Es frustrante ver esta película en la cual los amantes se separan por un malentendido idiota o se mantienen alejados por un conservadurismo castrante. Todo ello en medio de una nieve artificial que sólo pone sal en la herida o, más bien, hielo en el frío. Absténgase quien esté deprimido o sea influenciable porque acabará por suicidarse.
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